Hace poco más de 30 años una atleta española muy prometedora
fue retirada de la competición porque un análisis de sus cromosomas (cariotipo)
mostró que tenía un genotipo XY propio de un hombre. Costó mucho esfuerzo y
dinero, pero hoy en día se sabe que el simple análisis de los cromosomas no
basta para determinar el sexo (que no género) de una persona. Veamos el porqué.
Un primer análisis físico de una atleta como nuestra
protagonista revela claramente una fisiología femenina con genitales externos e
internos completamente desarrollados y caracteres secundarios (pechos, caderas,
ausencia de vello facial y pectoral) propios de una mujer. Después de revisar
estos resultados es evidente que se debe concluir que se trata de una mujer.
Sin embargo, el análisis cromosómico determina que tiene un genotipo XY,
claramente masculino. Según estos resultados es un hombre. Lejos de concluir
que lo es, en estos momentos, tenemos un empate. ¿Cómo discernir entonces si es
hombre o mujer?

La Biología: Cuando un embrión comienza su desarrollo, los genes de uno
de los cromosomas X se expresan y, si ningún mecanismo biológico lo impide, se
desarrolla una mujer (así sucede en individuos XX donde uno de los genes X es bastante
inactivo). La presencia del gen Y hace que se desarrolle el gen SRY que, a su
vez, bloquea el desarrollo de la parte correspondiente al gen X y, así, en
individuos XY se desarrolla un hombre. Si, por razones desconocidas, el gen SRY
no se expresa no se impide la expresión del X y se desarrolla una mujer como en
el caso de nuestra protagonista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario